3 ago 2016

Vivian Maier, la mujer que nunca miraba a la fama.

Muchas fundaciones de arte aún no han validado su trabajo, pero a la gente no le importa, lo están reivindicando por sí solos. Así lo demuestra John Maloof en su documental nominado al Oscar Finding Vivian Maier.



La verdad es que después de verlo sólo pienso en que ojalá alguien hubiese podido escribir su biografía. Es asombroso lo complicada que puede llegar a ser la personalidad de alguien, lo rara que puede llegar a resultar una persona y que sin embargo tenga, sin ni si quiera compartirlo, un talento pasmoso.

Vivian Maier (01/02/1926 - 21/04/2009) trabajó de niñera toda su vida. Iba de casa en casa con toda su vida a cuestas, cajas y cajas de película, recuerdos, recortes de periódico... Una vida que un día empezó a descifrar el director a raíz de una subasta en 2007... y menos mal.
Maier trabajó su arte en secreto y ahora mismo ya es considerada una de las mejores fotógrafas del siglo veinte, y un referente absoluto en la fotografía de calle.


Sus más de 120.000 disparos nos enseñan lo increíblemente observadora que era, quizá debido a su trabajo. Mientras el resto de la gente limitaba las fotografías a los días de celebración ella sacaba su Rolleiflex a pasear y fotografiaba todo ese mundo que la fascinaba, sobre todo la gente. Ternura, dulzura, pero también pobreza y miserias humanas. Además cualquier parte del mundo le venía bien.

Es curioso que una persona tan solitaria y tan incomprendida tuviera esa fascinación por las personas, y la habilidad de sacar de ellas hasta las entrañas en sus imágenes.

El fotógrafo Joel Meyerovitz está convencido de que ella fue su propia enemiga: no se defendió a sí misma como artista. Sólo hizo el trabajo. Y ahora es cuando John Maloof en una exhaustiva labor (que aún está sin terminar) está consiguiendo ponerlo en valor.
Algunos piensan que es una suerte que ésto haya despegado ahora por que en su vida tanta atención la hubiese encontrado abrumadora.

El trabajo de ésta artista está dando la vuelta al mundo, de manera póstuma, gracias a Maloof. Dice que su misión es conseguir colocar a Vivian Maier en los libros de historia.


España también forma parte del mundo, y nos encontramos a Vivian Maier en dos exposiciones prácticamente simultáneas.

Por un lado en Barcelona tenemos, hasta el 10 de septiembre, Vivian Maier. In Her Own Hands, en la Fundación Foto Colectania.
Esta exposición reúne más de 80 fotografías, la mayoría de ellas inéditas, de esta fotógrafa americana que desde el casual descubrimiento de su archivo poco antes de su muerte, ha conseguido cautivar al mundo entero. En 2007, un joven investigador de la historia de Chicago, John Maloof, compró en una pequeña subasta de barrio las pertenencias abandonadas de una anciana totalmente desconocida, llamada Vivian Maier. Lo que nadie podía imaginar era que su armario cobijaba una obra fotográfica inmensa, de más de 120.000 negativos, filmaciones caseras y grabaciones sonoras, que iba a cambiar la historia de la fotografía.

Por otro, en la Fundación Canal de Madrid y dentro del marco de PHotoEspaña 2016, aún podemos visitar por unos días más Vivian Maier. Street Photographer.
Vivian Maier, uno de los personajes más sorprendentes y mediáticos de la fotografía contemporánea, alternó su profesión de niñera con su oculta y gran pasión: realizó más de cien mil fotografías que nunca enseñó a nadie. Tras su muerte en la indigencia y en el anonimato artístico, su archivo fue encontrado por accidente, y desde que su obra vio la luz en 2010 se ha convertido, por derecho propio, en uno de los mayores referentes mundiales de la fotografía de calle y en un fenómeno mediático.
Esta exposición hace, por primera vez en Madrid, un recorrido global por la obra de Vivian Maier, abordando de forma temática sus principales intereses y mostrando la calidad de su mirada y la sutileza con la que hizo suyo el lenguaje visual de su época. Supo captar su tiempo en una fracción de segundo. Transmitió la belleza de las cosas corrientes, buscando en lo cotidiano, en lo banal, las fisuras imperceptibles y las inflexiones furtivas de la realidad.


Creo que John Maloof ya ha cumplido su misión pero sigue trabajando duro. Yo me quedo muy impaciente por que terminen de positivar su archivo y podamos disfrutar de todo lo mejor de su grandísima obra, y de paso aprender de ella, y su enigmática figura.

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