Hoy me parece un día especialmente trágico para la cultura española, o lo que demonios sea, por que hay veces en que la realidad supera a la ficción escandalosamente y las fiestas en España son un clarísimo ejemplo.
Aprovechando que a éstas horas estarán destrozando a un toro a lanzazo limpio sin ningún tipo de escrúpulo en el pueblo vallisoletano de Tordesillas, yo voy a compartir con vosotros la producción de un documental español que desde mi punto de vista hacía mucha falta, y desde hace mucho tiempo. De ahí me imagino que surgió la idea de luchar por sacarlo adelante de una manera independiente y sostenible sin tener que renunciar a la calidad.
El propósito de Santa Fiesta, que así se llama la película, es unir visualmente a torturadores, torturados y espectadores mientras trata de cambiar una realidad: el maltrato animal que provoca la muerte de más de 60.000 animales cada año en fiestas populares de nuestro país ante la complicidad callada de párrocos y creyentes y con el consentimiento explícito y el soporte de autoridades políticas y gobiernos.
Queremos que sea algo más que un buen documental. Unirnos con la gente para hacer un frente común, destaca su director, Miguel Ángel Rolland, sólo hay que retratar la verdad de lo que sucede y ahora la vamos a mostrar a todo el mundo en un lenguaje universal e indiscutible: imágenes y sonidos.
La película ha tenido que ser rodada, obviamente (en un entorno así la discreción es vital), de forma clandestina durante doce meses a lo largo y ancho de todo el país, y desde el pasado 17 de mayo busca el apoyo de personas de todo el mundo para completar su producción a través de una campaña de crowdfunding, ahora ya en fase abierta.
Es un proyecto transmedia y multiplataforma presente en las principales redes sociales, cuyo objetivo es crear una comunidad internacional que converse a través de varios canales y que construya la suficiente presión para detener el genocidio animal en España, según recuerda el director.
A éstas alturas ya ha traspasado muchas fronteras, y ni si quiera ha sido estrenado todavía.
Estoy segura de que dejará tocadas muchas sensibilidades, e impaciente estoy por ver cómo reaccionan todos esos valientes que protagonizan (o podrían protagonizar) el documental al ver su propia realidad, porque a veces se hace necesario ver las cosas desde fuera para poder verlas con claridad... 60.000 criaturas, se dice pronto.
Espero sinceramente que Santa Fiesta logre el objetivo que persigue y que la cultura de éste país al fin pueda dar un gran paso adelante. Será entonces cuando podamos darle lecciones al resto del mundo.
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