Con 16 años vendió su primera imagen al prestigioso semanario estadounidense Look, que contaba una historia y evocaba un estado de ánimo que sobrepasaba lo estrictamente representado en la fotografía. Después, entre 1945 y 1951, el joven Kubrick hizo más de 27.000 fotografías para dicha revista, de las que se publicaron unas mil y con las que se ganó la admiración de la redacción por su afán de lograr siempre la perfección, solicitando incluso a los protagonistas de sus trabajos que posaran para lograr la imagen que él tenía en la cabeza, y es por eso que estas series se denominan foto-ensayos y no foto-reportajes.
La muestra recoge unas cien fotografías divididas en 12 de estos foto-ensayos y algunas imágenes sueltas que son fieles a una de sus citas, recordadas en la muestra:
Lo real está bien, pero atraer el interés es mejor.Fue capaz de capturar el pulso de Nueva York, desde los anónimos viajeros del metro a las estrellas del cine, combinando los destinos individuales con una narrativa de la ciudad como colectivo.
Tenéis hasta el 13 de julio para ir a Viena y más información sobre Kubrick y la muestra aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario