Te dicen que hay un festival que no tienes que perderte en algún lugar de Castilla de cuyo nombre es difícil acordarse, y de la ubicación mejor ni hablamos... Entonces piensas: Bueno, sabiendo de algunos músicos que van a estar bien seguro pasamos la tarde entretenida, así que habrá que acercarse.
Una vez más preparas los bultos para hacer unas fotejos y subes al coche. Media hora por carreterillas de broma hasta el pueblo que ha organizado el festival. Pero una vez allí preguntas dónde está el "Corral de la Arroyada" y te indican por el camino de la izquierda...
Después de cinco minutos sorteando piedras te inquietas por que no ves otra cosa que ¡tierras de cultivo! y te preguntas ¿Iremos bien?. Bueno, es el camino que te han indicado así que será el bueno...
Otros cinco eternos minutos de coche por el camino: Pero, ¿qué demonios? ¡y justo después empiezas a ver un poco de humanidad! En medio de unas cuantas parcelas, en un hoyito, hay una nave para ovejas con algunos coches alrededor, personas entonándose y un tractor aparcadito con un generador en el remolque. Te bajas del coche, lleno de tierra y polvo para aburrir, y das una pequeña vuelta de reconocimiento a la nave pero te cuesta como 15 minutos asimilar todo lo que estás viendo: ¿Pero los conciertos dónde son? ¡Si no hay nada! Parecía que ni fotos se iban a poder hacer, sin luces, sin escenario... Y es cuando atinas a entrar a la nave.
Tiene una barra para servir un trago, o los que hagan falta, a los colgados que consiguen llegar hasta allí. Tiene un espacio con merchandising y una mesa de mezclas para ir calentando motores. Y justo al lado, en una especie de andamio extraño de conglomerado, están subidos los técnicos de sonido con toda su parafernalia. ¡Pero lo mejor de todo es el fotocol con ovejas! que decora el citado andamio con mucha clase. También han construido un escenario muy del terreno, bueno dos, hay otro para la batería. Para mi alegría hay varios focos colgados del techo, ¡y de colores! Y la guinda del pastel es una bola de espejitos, tope setentera.
Con ése techo de uralitas y ésa puerta épica de tablones al fondo con adobe a los dos lados que me permite entrar y salir cuantas veces quiera todo es perfecto para hacer unas curiosas fotos a The Gordotones después de tanto tiempo sin tocar.
¡Larga vida al BeeeRock (en la foto pone BeeRock pero éste año le han añadido otra e para que a la gente le suene más a oveja xD)!
Sin duda uno de los lugares más sorprendentes y divertidos en donde jamás haya sacado la cámara.
El álbum completo de Flickr aquí.
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