Bueno, ya dejo de enrollarme que seguramente tendríais la infancia feliz que merecen todos los niños del mundo.
Todo esto viene al proyecto tan especial de Gabriele Galimberti. A través de internet empezó a contactar con personas de todo el mundo que estuvieran dispuestas a compartir sus sofás de manera gratuita.
Pensé que si cada uno de nosotros fuese un couchsurfer el mundo sería un lugar mejor.Entonces una revista italiana compró sus andanzas con las entrevistas y fotografías de todos sus anfitriones.
Se suponía que CouchSurfing sería un proyecto de un año pero los lectores querían más. A los dos años Gabriele había visitado 58 países diferentes y compartido las historias de 100 surferos de sofá. Dormía con una pitón, una cobra y una mujer china llamada Yue. Aprendió sobre ritos de bodas hindúes, conoció a un aspirantes de sacerdote de Botswana y se quedó en un barco de vela por los fiordos de Noruega.
Así surgió Toy Stories, una poderosa serie de retratos de los niños del mundo y sus juguetes favoritos.
Es increíble cuánto pueden contar los juguetes y cómo jugamos con ellos sobre la vida de uno: reflejan el mundo en el que crecemos, revelan las ambiciones de las personas que los compraron y el ambiente de la sociedad que nos rodea. Ésta imagen es un clarísimo ejemplo:
Pavel - Kiev, Ucrania |
Los niños más ricos eran más posesivos. Al principio no quieren que toque sus juguetes y necesitaba más tiempo antes de que pudiera jugar con ellos para después tomar la fotografía.
Tenéis más detalles en su página web y en éste artículo.
No dejéis de ver ninguna de las tres colecciones en grande, no tienen desperdicio ;)
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