Ya hemos hablado del grupo en alguna otra ocasión pero es que los chicos de OK Go se superan en cada nuevo videoclip.
La idea, literal, esta vez viene según dicen del hecho de que nunca dejará de ser profundamente hermoso, profundamente confuso y profundamente triste que nuestras vidas y nuestro mundo sean tan fugaces.
Para reflejarla han conseguido que algo que en realidad dura alrededor de 7 segundos se alargue, a base de rampas de velocidad, a lo largo de toda una canción: The One Moment. Veamos.
¿Y de qué manera?
Para hacer estallar los más de trescientos de eventos en sucesión de manera tan extremadamente rápida se utilizaron disparadores digitales muy precisos (obviamente). Los disparadores se sincronizaban con unos brazos robóticos de alta velocidad que desplazaban las cámaras a lo largo del paseo de la acción.
Como aún no existen sistemas de control de cámara que puedan moverse lo suficientemente rápido para capturar un movimiento de esta longitud y complejidad, el vídeo final conecta siete movimientos de cámara.
Para hilarlo todo fueron indispensables las matemáticas, infinitos cálculos en torno a cada uno de los eventos que dan como resultado un videoclip espectacular.
Si pincháis aquí podréis ver la cantidad de gente que ha sido necesaria para sacar esta locura adelante, además de muchos más detalles acerca del proyecto, también más información aquí.
Para terminar, os dejo el cómo se hizo para que alucinéis un ratito.
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